CABALLO VIEJO
de ARISTIDES UREÑA RAMOS
Florencia Italia-1999
Había una vez, un campesino que quería cambiar su caballo por un potrillo sano, vigoroso y que fuese exuberante, porque su caballo era viejo y ya no le servía para nada.
Le pidió a su sobrino, que cogiera el caballo viejo y se lo llevara bien lejos, que lo abandonara en un remoto lugar, debido a que no lo quería matar, y no se atrevía a pegarle un tiro a la pobre bestia.
Al día siguiente, muy de mañanita, el sobrino coge el caballo viejo y sigue las indicaciones que su tío les había dado, viajando monte adentro por una hora, abandonado el viejo animal en un lejano potrero; apenas cumplido la misión regresa inmediatamente contento y satisfecho a su caserío .
Pero al medio día, el caballo viejo se presento delante a la puerta de entrada del rancho de su patrón, que al verlo se sorprendió, y no se explicaba como había hecho el caballo viejo a regresar a su rancho.
El campesino bravo con su sobrino, lo llama y le da nuevas órdenes, para que se llevara el viejo caballo lo más lejano posible, más lejos del lugar anterior, y que fuese más allá del rio Santa María después del cerro Colorado.
El sobrino - al día siguientes- se levanto temprano, cogió el caballo viejo y siguió las indicaciones de su tío, atravesando el rio Santa María, amarrando el caballo viejo después de haber superando el cerro Colorado, cumpliendo a la letra las indicaciones que su tío les había dado, regresándose inmediatamente al caserío.
En las primeras horas de la tarde, el caballo viejo se apareció de frente a la puerta del rancho de su querido patrón, el cual al ver la vieja bestia, mando a buscar su sobrino y lo regano por su negligencia en cumplir sus órdenes.
El campesino bien enojado, reganando a su sobrino le da nuevas indicaciones, de llevar el caballo viejo bien lejos, y que tenía que pasar el rio Santa María, superar el cerro Colorado, atravesar los llano de los Ruices y de abandonar el viejo caballo bien amarrado allá lejos del caserío.
El sobrino, al día siguiente se levanta temprano cogió el caballo viejo y se encamino a seguir las órdenes que le habían dado su tío, supero el rio Santa María, subió y bajo el cerro Colorado, supero los llanos de Los Ruices y allá muy lejos amarro el caballo viejo y regreso rápidamente a su caserío.
En la tardecita como a las 6 seis de la tarde el caballo viejo se presento a la puerta del rancho de su patrón, y el campesino bien enfurecido mando a llamar inmediatamente a su sobrino, y lo regaña tirándoles tres garrotillazos en las canillas y preguntándole con mucho sospecho, si había cumplido con sus ordenes y con lo que él le había pedido.
El pobre sobrino desesperado le decía que si, que él había seguido al pie de la letra todo lo que le había ordenado; pero, el campesino muy sospechoso de todo estas simulaciones, le ordena que para el día siguiente, tenía que coger el caballo viejo y llevarlo lo más lejos posibles, que no quería mentiras, que las farsas, como también los disimulos eran hijas de Lucifer y que lo iba a llevar donde el cura para que confesaras sus falsedades para desenmascarar tan vil comportamiento.
Así le ordena, de poner mucha atención a lo que le iba a decir, y con voz autoritaria le comanda que cogiera el caballo viejo atravesara el rio Cobre, subir y bajar el cerro Colorado, superar los llanos de Los Ruices, coger el sendero para los Hatillos y cuando llegara al primer cruce voltear y agarrar el primer camino que está a la izquierda…después de una hora de camino encontrara un grande palo de mango y allí tendrá que dejar abandonado el viejo caballo y que de recordarse de amarrarlo muy bien.
Y para tener la certeza que esta vez, no hubiese ninguna incertidumbre, de que todo fuera hecho como él había indicado, mando junto a su sobrino un peón de confianza, para que controlara que todo fuera realizado en esa manera.
Al día siguiente, el sobrino, el peón y el caballo viejo abandonaron el caserío rumbo a su destino.
El sobrino cumplió a modo, todo lo indicado por su tío, además el fiel peón estaba controlando que todo fuera hecho sin trucos y trampa alguna, superando el rio Cobre, subieron y bajaron el cerro Colorado, atravesaron los llanos de Los Ruices, cogieron el sendero para los Hatillos y cuando llegara al primer encruce voltearon y agarrar el primer camino que está a la izquierda…después de una hora de camino encontraron el famoso “grande palo de mango”…y allí amarraron la pobre bestia, teniendo cuidado en hacer un fuerte nudo a la soga….y así se regresan camino al caserío.
Al día siguiente por la mañanita muy temprano, de frente a la casa del campesino se encontraba parado el viejo caballo, había regresado otra vez y nadie sabía cómo había hecho, las pocas familias del caserío estaban asustada, ya que pensaban que ese misterio era obra del demonio y que el caballo viejo estaba embrujado, un clima pesante de temeroso silencio invadió cada rancho del caserío, pero ninguno se atrevía a abrir boca o decir palabra alguna, debido a que el propietario del caballo viejo era un hombre de carácter polémico, de pocas palabras y de litigio fácil.
El silencio del caserío, viene interrumpido por los gritos del campesino, que acabada de descubrir el caballo viejo delante de su rancho, exclamaba locuras contra la pobre bestia, sube a su jorón y agarra su escopeta y con voz chillona comienza a llamar a su sobrino, como también al confiado peón. Y apenas llegan los dos desgraciados, los amenazas de tirarle un tiro, al caballo viejo, al sobrino y al porfiado peón, si no le decían inmediatamente toda la verdad, porque él era hombre verraco y ninguno le podía tomar el pelo.
El sobrino asustado, le juraba y perjuraba que él había hecho todo lo que le habían pedido y que no sabía, como era que el caballo viejo regresaba sin perderse nunca de su ruta…y a su vez el pobre peón muy aterrorizado se puso de rodilla a los pies del campesino y le dice que su sobrino había hecho todo lo que le había pedido, que no mentía, que sus ordenes fueron todas seguidos a pie de letra.
El campesino, punto la escopeta a la cabeza del caballo viejo y con mucha rabia comienza a gritarles groserías, pero no lograba tirar el gatillo, debido a que matar al viejo caballo era como que muriera parte de sí mismo.
Bajando la escopeta y mirando fijo los ojos de su sobrino y del fiado peón, les dice lo siguiente:
- “Ahora agarro yo este maldito caballo viejo, me lo llevo bien lejos, supero el rio Cobre, subo y bajo el cerro Colorado, atravieso los llanos de Los Ruices, cojo el sendero para los Hatillos, llego al primer cruce volteo y agarro el primer camino que está a la izquierda, camino hasta el grande palo de mango, cojo camino a Martincito, pasos por los platanales, bajo a la quebrada de Las lajitas y allá abandono este maldito caballo viejo…ahuevazones que a dos maricones como ustedes dos, no lograron hacer, palabra de hombre con los huevos bien puestos”.-
Y así hizo de una vez, delante de las escondidas miradas que atreves de las empalizadas de los ranchos contemplaban asustados la escena, de las impresionadas ojeadas del sobrino y del fiado peón.
Coge el caballo viejo, encaminándose a paso veloz, por el camino de salida del asustado caserío, desapareciéndose de las curiosas miradas de los aldeanos, tragado por el tupio sendero que llevaba al monte adentro.
Pasaron tres días, el sobrino, como también el fiado peón estaban impaciente porque el campesino, su tío, no regresaba y temiendo que algo le había pasado, así que la preocupación era enorme, por otro lado, los cuchicheos de las pocas vecinos del caserío, sostenía que era el diablo trasformado en caballo que se lo había llevado para el purgatorio, que el viejo caballo estaba poseído de maligno, que eran las almas en penitencias que venían a vengarse del despótico campesino ….la tensión en el pequeño poblado era enorme y en la oscuridad de cada rancho la gente decía desconocidos sermones y antiguos rezos de protección para toda la comunidad.
Como a las seis de la tarde, del día siguiente, aparece el caballo viejo y se para adelante del rancho de su patrón…montado sobre la bestia, estaba el cansado cuerpo del campesino, que encorcovado al pescuezo del viejo caballo, abrazado con grande fuerza para no caer en tierra.
El sobrino y el fiado peón, corren a asistir el cuerpo cansado y exhausto que se encontraba en precario equilibrio, y notan la desesperada mirada del tío, que apenas lo reconoces, se deja andar en manos de su sobrino y de su peón, que lo toman en brazos y lo apoyan en tierra, el sobrino asustado le pregunta a su tío: ¿qué había pasado?, ¿qué cosa había sucedido?- el cuerpo del campesino estaba lleno de sangre y de espina, como quien ha caído en un espinado matorral de rosas- y con los ojos asustados, con la voz quebrada , logra decir lo siguiente:
-“sobrino, me perdí en el camino, me fui muy lejos, así tan lejos que no sabía donde había llegado, y si no fuese por este caballo viejo, que conoce el camino a memoria, yo no regreso a mi casa”_
El campesino a mala pena lograba respirar, del cansancio y del mismo estropeo… pero logra decir sigue diciendo:
-“sobrino, coja este caballo viejo y dele doble ración de maíz, que esta bestia nunca se ira de aquí y no la cambiaré por ningún potrillo de este mundo, la juventud es la fuerza para abrir senderos en los tupidos montes, pero los viejos tienen la experiencia y el conocimiento de los senderos de las impenetrables selvas ”. –
ARISTIDES UREÑA RAMOS
Florencia- Italia 1999