Noche
de Relámpagos
por ARISTIDES UREÑA RAMOS
Hoy noche de relámpagos, desde mi ventana aquí en Albrook,
me doy cuenta que sí, hoy esta noche, es noche de relámpagos.
Inmediato es el
recuerdo a mi adolescencia por los litorales de Montijo, allá en esas olvidadas
montañas que desde los caseríos de Buenavista y El Pilón nos lograban
sorprender.
Tan fuerte eran las centellantes descargas de luz, que ni el
afanoso apergollarnos a los desteñidos pedazos de cobija lograban alejar el
pavor a tan misterioso evento natural.
Era los cuentos escuchados sobre “las noches de relámpagos”
que se engrandecía en nuestras mentes, cárceles impiedosas de nuestras frágiles
fantasías.
Allende el horizonte,
San Arcángel y el Demonio combatían una furiosa lucha por las almas del
purgatorio…así decían la gente adulta.
Y la noche era oscura y húmeda que mente humana nunca
pudiera imaginar.
Pues la lucha era tan feroz y cruenta que duraba toda la
noche allí, abrazado a mi cobija, miraba con mucha atención el proseguirse de
tan violenta batalla.
El corazón batía
fuerte cuando los rayos centellantes se distendían amarillos marcando las
siluetas de las nubes, ya que era San Arcángel que con su potente fuerza
golpeaba severamente al maligno adversario, poniendo orden dentro de cada cosa
y, la confirma de tal evento era que inmediatamente caía la oscuridad y el
silencio absoluto, pues dentro de mi pensaba “se murió el diablo”.
En vez: “¡ yaaaa la vida!”… el cielo se iluminaba de luces
de variopintos colores rojos y cintilas doradas anunciadoras que el mal nunca
muere fácilmente, pues es remota condición atracadora de las almas.
Allá en esos Caseríos los lejanos relampagueos, poco a poco
se apoderaban de mi cansancio, llevándose parte de mi fantasía y de mi
adolescencia, dejándome solo la presencia de esa feroz lucha interior entre mi
Arcángel y mi Demonio cada vez que me encuentro en una noche de relámpagos.
Panamá 15 de octubre 2015
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