viernes, 5 de junio de 2009

Tío Chivo, Tío Gato y la lengua de cascabel

(Cuento narrado por mi abuela Teófila...)

Tío CHIVO manejaba una de las más florecientes tiendas de la Central de Santiago, años de sacrificio le había costado levantar esta actividad, pero el pobre Tío Chivo, era conocido por tres defectos, ser Celoso, tener un Violento carácter y porque dedicaba poco tiempo a sus hijos y a su hermosa mujer Tía CABRA, trascurando la doña de muchos años más joven que él.

Un día, por los lares de Veraguas, se apareció una emblemática figura, que todo el mundo conocía como “Jodedor de mujeres” y llamaban “Tío GATO”. Este señor, además de ser mujeriego, tenía todas las dotes requeridas para serlo: Buena labia, buena apariencia, buena educación y, para acabar de joder, hasta bonito era el desgraciado.

No se sabe cómo, pero Tío Gato le “tiro los perros” a todas las hembras de Santiago, el desgraciado no descartó a ninguna... Jovencitas, viudas, casadas, divorciadas, hasta a las viejas puso en calenturas.
El Tío Gato era un gran descarado y en su maldita red, no se sabe cómo fue que sucedió, cayó la hermosa Tía Cabra.

Pasaban los meses y los amorosos encuentros clandestinos entre Tío Gato y Tía Cabra se producían con mucha atención, pues, ambos tenían miedo del celoso y violento carácter de Tío Chivo… fue así que en uno de estos clandestinos encuentros amorosos sucedió el siguiente episodio, que acabó con la fama de Tío Gato.


“La Lengua de Cascabeles”

Dicen que Tío Gato, de la goduría que le entraba cuando veía a una mujer bonita, le venía un extraño tic nervioso, ese tic nervioso consistía en que se le salía la lengua, como niño baboso, esperando de mamar pechito para'o.
.... Jooo!!!.. era tanto el gusto y placer que no llegaba a controlar este maldito vicio.

Una vez se encontraba en una visita amorosa, en la casa de Tía Cabra, cuando se oyó abrir la puerta de la cerca del jardín… Tía Cabra comienza a agitar las patas y a decir:

---“¡Ese es mi marido!… ¡ese es mi marido!.. ¡llegó mi marido!”---.

El Tío Gato, viéndose cogí'o en trampa, comienza a gritar:

---“¡¿Dónde me meto?!, ¡¿Dónde me escondo?!”---.

Y la Tía Cabra no sabía qué cosa hacer ni qué responder, lo único que decía era:

---“¡Nos mata!.. ¡Nos mata!.. ¡Mi marido nos mata!”---.

Y el Tío Gato no ve otra solución que meterse en un cajón de la cómoda, pero..., al entrar y cerrar lo más rápido posible el cajón, se le quedó la lengua afuera, trabada y era demasiaso tarde para abrir de nuevo el cajón, porque Tío Chivo había llegado al cuarto.

Tío Chivo, al ver a Tía Cabra agitada, de una vez le dice:

---“¿Qué haces aquí, medio desnuda, en este desorden, con la cama desordenada?”---.

Y mira la lengua que está afuera del cajón y continua gritando:

---“¿Y este trapo sucio, asqueroso, que está afuera del cajón... qué cosa significa?”---.

Y la Tía Cabra muda, temblando, no sabía qué cosa responder, el Tío Chivo, agarra el garrotillo y amenazando a Tía Cabra, insiste para obtener una explicación y continua diciendo, tocando con el garrotillo la lengua:

---“ ¿Y esta cosa asquerosa, qué cosa es?”---.

Tía Cabra, entre el temblor de su cuerpo y el miedo aterrorizante, le viene una divina iluminación y responde:
---“No, nada mi amor, eso es una lengua cascabel… que acabo de comprar en la Central ”---.

Y el Tío Chivo desubicado por la respuesta, grita diciendo:

---“¿Cascabel?, ¿cascabel?… ¿cuántas veces te he dicho que no compres CHERCHERES donde los chinitos y judíos?... y tú, como siempre, te dejas ENGRAMPAR... no ves que estos cascabeles no suenan”---.

Y... zass, zass, le tira dos garrotillazos a la lengua, la Tía Cabra, sudando, rápidamente responde, en el intento de parar el gesto del marido, y dice:

---“Sí que suenan... cuando me los vendieron sonaban!!!”---.

Y el Tío Chivo coge el garrotillo y... zass, zasss, zasss... garrotillando la lengua grita:

---“Viste que te ENGRAMPARON, cabra pendeja, si fueran Cascabel ya hubieran sonado, solo una pendeja como tú compra estas porquerías”---.

Tía Cabra, temblando, responde:

---“Pero no, mi amorcito, cuando me los vendieron tocaban como campanitas de Navidad”---.

Y Tío Chivo, más bravo que antes, garrotillando repetidamente la lengua, comienza a decir:

---“Campanitas de Navidad, pendeja, qué campanitas de Navidad, te han ENGRAMPADO, no ves que no tocan para nada”---.

Garrotillando, con enérgicos golpes, decía:

--- “No tocan, no tocan, no tocan para nada... reconócelo que te han engrampado”---.

Y la lengua ya había cambiado de color de rojo fuego a morado hincha'o… La Tía Cabra destruida de los nervios, llorando de desesperación, con apenas un hilo de voz, logra decir:

--- “Pero, yo cuando los compré tocaban como campanitas de Navidad”---.

A estas, el Tío Chivo, más bravo que antes... agarra el garrotillo por la parte del palo y comienza a golpear repetidamente la lengua, gritando:

---“No tocan!!, no tocan!!, no tocan!!!, noo tocaaan!!!”---.

Y de repente se abre el cajón y salta afuera Tío Gato berreando:

---“DING, DONG,-- DING, DONG,-- DING, DONG,--- DING, DONG”---.
ARISTIDES UREÑA RAMOS
Florencia, 1985.

1 comentario:

  1. Hilarante!
    Gracias Aristides, entro a trabajar a las nueve, no viene nada mal un ataque de risa antes del estres diario.
    Bendiciones!
    Abby

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